¡Hola! Me llamo Alejandro Hernández, soy diseñador estratégico y mis especialidades son diseño web y de marcas. En caso de que no hayas visto la primera parte de esta serie de artículos, te invito a leerla aquí.
En el artículo anterior te cuento un poco sobre cómo llegué a considerarme diseñador web y las oportunidades de ser más integral que me brindó estudiar Comunicación Social. En esta tercera responderé a una pregunta que coloquialmente suena como:
¿Qué coño estoy haciendo?
«Qué coño» es una expresión muy típica de Venezuela, que en inglés sería algo como «what the fuck». La uso porque me gustaría contarte los avances que he tenido, pero también ser realista y compartir contigo algunas inseguridades que todavía me atañan.
Estoy ganando dinero
Afortunadamente tuve la «suerte» de que lo que me apasiona tiene muchísimas aplicaciones. El diseño abarca muchísimas áreas de las cuales puedes escoger.
- Diseño de impresos.
- Diseño de logotipos.
- Diseño de catálogos de productos.
- Diseño web.
- Diseño de interfaz.
- Diseño de patrones para tela.
- Edición y retoque de imágenes.
- Diseño de tipografías.
Y la lista sigue y sigue.
Al comienzo quería ser un todero, pero me di cuenta de que eso no me ayudaría a ganar suficiente dinero por la simple razón de que no me hacía bueno en algo más específico.
Fue el tiempo el que me enseñó que debía escoger, y la misma práctica la que fue filtrando progresivamente los trabajos que aceptaba y rechazaba hacer.
Estoy haciendo mejor diseño web
Definitivamente la práctica hace al maestro. No solamente basta con querer hacer buen diseño web. Primero tienes que cagarlas. Y cagarlas BASTANTE antes de que algo te salga perfecto.
El diseño de buenos sitios web va de la mano con buenas prácticas, definir un propósito para la página y asegurarte de que el usuario final tiene la menor cantidad de roces para lograr su objetivo al visitar tu producto.
Estoy conociendo más gente
Cuando haces algo muy bien, se corre la voz inevitablemente. Y el resultado me ha sorprendido. Más ahora que los venezolanos emigran y se riegan por el mundo, la gente recuerda que me he dedicado a hacer páginas web desde siempre!.
Esto me ha permitido tener contacto con personas incluso de Australia, para cotizarles una página web.

Pero… ¿por qué dudo de mis capacidades?
La inseguridad se sigue asomando de vez en cuando. Sobre todo cuando alguien cuya opinión es importante te dice que algo que creaste podría estar mejor, o te hace observaciones.
Apegarme a mi creación es una costumbre en parte positiva cuando todo sale bien, pero muy destructiva cuando toca verla objetivamente y reflexionar sobre la efectividad con que cumple su función.
El desapego hacia nuestro trabajo es una de las mejores lecciones que puedo rescatar en este ámbito.
Conclusión
Actualmente, me encuentro viviendo bastante cómodo. Sin embargo la reflexión constante de qué podría estar haciendo mejor me ayuda a superarme.
Es difícil seguir -haciendo- aunque no esté perfecto. Es difícil luchar con esa opinión que está en desacuerdo con tu producto.
No todo tiene que ser perfecto. Basta con hacer mucho. Hacer y hacer más. Solo así podrás ser bueno en lo que te propongas.
Después de todo esto, te invito a preguntarte ¿qué coño estás haciendo? Y responder amablemente pero sin dejar de lado tu deseo de mejorar.
Muy pronto publicaré la cuarta y última parte de esta serie. Esta se llamará: «¿Qué sigue?» donde me gustaría que me acompañaras a revisar mis metas y tal vez te sientas inspirad@ a establecer algunas para tí mism@.
Un abrazo muy fuerte. Y hasta la próxima.